La mayoría de los deambulantes son personas que perdieron sus casas, sus familias y sus trabajos y terminan viviendo en la calle, sin compromiso ni sentido de pertenencia a algún lugar.
Entendemos por deambulantes en Cuba a personas que transitan errantes por las calles, duermen a la intemperie, padecen enfermedades mentales o sufren de adicciones. Algunas, incluso, piden limosnas. Muchas han sido abandonadas por sus familiares.
Foto: Jorge Luis Baños/IPS
La Habana, 21 may.- Oscar Aguilera es un deambulante. Tras recorrer varias calles de La Habana, se sienta, sin preocupación aparente, en el banco de un parque, lejos de lo que hace años fue su hogar.
A lo largo del día este ex trabajador ferroviario de 82 años camina sin rumbo fijo. Vestido con harapos y sin saber a dónde ir, duerme donde lo encuentre la noche, a veces un rincón en uno de los abandonados edificios de la ciudad.
Caminar sin rumbo fijo
Medios estatales y funcionarios clasifican como deambulantes a personas que transitan errantes por las calles. Duermen a la intemperie, padecen enfermedades mentales o sufren de adicciones. Algunas piden limosnas. Muchas han sido abandonadas por sus familiares.
Las cifras de esos ciudadanos no han sido actualizadas desde el Censo de Población y Viviendas de 2012. El nuevo Censo debe efectuarse en el actual 2025.
Hasta 2012, según cifras oficiales, existían en esta isla caribeña unas 1 108 personas con conductas deambulantes (mendigos-menesterosos): 958 eran hombres y 150 mujeres; 641 tenían entre 16 y 59 años, y 467 eran personas de la tercera edad.
Cuba eliminó la mendicidad pública hace décadas, pero en la actualidad los transeúntes pueden encontrarse con este fenómeno que preocupa a la población y las autoridades.
Un recorrido por las calles Obispo, Monte, Egido, Reina (en el centro histórico) y 10 de Octubre permite apreciar su presencia. Son sus lugares preferidos, sin contar edificios abandonados, portales, parques o cerca de la Terminal de Ferrocarril.
Medios oficiales señalan que en estas instituciones a esos ciudadanos “vulnerables” se les brinda cama, ropa, alimentación, atención por un equipo multidisciplinario y evaluación para el proceso de reinserción familiar.
Expertos advierten que la mayoría perdieron sus casas, sus familias y sus trabajos y terminan viviendo en la calle sin compromiso ni sentido de pertenencia a algún lugar.
Cuba eliminó la mendicidad pública hace décadas, pero en la actualidad los transeúntes pueden encontrarse con este fenómeno que preocupa a la población y las autoridades.
Opiniones populares
Consultada por IPS, la enfermera jubilada Teresa Estrada dijo que, cuando se abre una investigación, resulta que en ocasiones tienen familiares que se apropiaron de sus bienes pero no les dan protección.
Un sociólogo entrevistado, que pidió permanecer en el anonimato, comentó que “en los últimos meses, vemos un aumento en la cantidad de personas con conductas deambulantes”.
A su juicio, el desarraigo familiar, la crisis económica, la emigración de los jóvenes y el envejecimiento demográfico son factores que condicionan este incremento.
Cuba atraviesa una dura crisis con frecuentes y prolongados apagones, escasez de alimentos, medicinas y combustible, inflación galopante, dolarización de la economía y una oleada migratoria.
Josefa Ortiz, 55 años, dijo que el país tiene un sistema de asistencia social bien concebido, pero lamentó que cuando “botan” a la calle a una persona envejecida “tanta culpa tiene la familia como el gobierno”.
Explicó que a muchos de ellos, los familiares les vendieron la casa para emigrar a otro país, dejándolos desamparados.
El desarraigo familiar, la crisis económica, la emigración de los jóvenes y el envejecimiento demográfico son factores que condicionan este incremento.
Atención a deambulantes
La directora de Prevención Social del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Belkis Delgado, recordó a medios estatales que desde 2014 existe una política para perfeccionar la atención a las personas con esa conducta.
A principios de abril, el ministro de Economía y Planificación Joaquín Alonso, declaró que hoy se protegen en Cuba 313 201 personas vulnerables, y se atienden a 63 756 madres con tres hijos o más.
En el portal oficial Cubadebate, un cibernauta que se identificó como “Inocencio” dijo que “buena parte de los trabajadores estatales vivimos en condiciones de pobreza, de precariedad o vulnerabilidad, como prefieren llamarle”.
El Estado cubano mantiene una cobertura gratuita de la educación y la salud, mientras que subsidia un grupo de alimentos de la canasta básica (cada día menos abastecida y con retrasos) y servicios de energía eléctrica, gas y agua.
En marzo pasado, la Magistrada del Tribunal Supremo Popular, Isabel Acosta, publicó en el diario oficial Granma que “la mendicidad no es compatible con el proyecto social cubano”.
Dijo que la mendicidad es un fenómeno social mundial, ligado a problemas como la desigualdad y la pobreza, y supone “un desafío para el Estado, las familias y la sociedad en general”.
Sin embargo, reconoció que en Cuba la crisis internacional, el desabastecimiento comercial y el alto nivel inflacionario, agravados por el bloqueo de Estados Unidos “provocan un impacto superior en algunos segmentos de la población”.
Deploró que en los últimos tiempos se constata la presencia, en lugares públicos, de adultos acompañados de menores o personas en situación de discapacidad solicitando dinero, alimentos y otros bienes, “prácticas que violan las normas legales establecidas”. (2025).
Comentario HHC: En realidad, es bochornoso e inconcebible que tengamos en
nuestro país estas figuras llamadas " vulnerables", para después la
Ministra del Trabajo diga en el Consejo de Ministros que no se "
ejecutan" muchas de las partidas asignadas por el presupuesto del
Estado. La falta de sensibilidad, de control y chequeo es inconcebible.
Los que vendieron sus casas para irse y dejaron a familiares
al " libre albedrio" que pena de seres humanos, y los que sacan a sus
familiares para la calle por cualquier motivo, pues no se si está tipificado en
delito, pero debería estarlo. Es condenar a un ser humano a una muerte
prematura.
En Cuba hay unos 1.7 millones de jubilados, un por ciento
importante, con unos salarios, por la inflación que no alcanzan para
alimentarse mínimamente en su mayoría, y para el 2030 serán 3.3 millones de
personas con más de 60 años. Incluso muchos de los que trabajan no les alcanza
para vivir decorosamente. Cuando trabajaba en Cuba dependía de mi cuñado
que nos enviara remesas, ahora soy yo el que las envía. Y la juventud
emigrando. Es un problema social que tiene connotaciones políticas.
Cuba no es el único país, que presenta estos problemas,
incluso en países desarrollados como los EEUU en el 2024, habían registrados
771 480 personas en condición de calle, y eso representa solo el 0.22 % de la
población total.
El problema nuestro es que la economía nuestra no es lo
suficientemente eficiente para mantener educación y salud gratuita y además
prestaciones sociales incluyendo la seguridad social. Ese es el reto
económico del Socialismo.
Así también he visto en países que los pensionados, al igual
que el salario, por ley tiene que incrementarse acorde a los niveles de
inflación anual, para evitar el deterioro del poder adquisitivo.
Cuando veo a los principales dirigentes del Ministerio de
Finanzas enorgullecerse que gastamos entre el 62 y 72 % del presupuesto anual
en " salud, la educación, la asistencia y la seguridad social",
pienso que sí, que eso dice mucho de nuestra vocación humanista, pero al mismo
tiempo no dejo de pensar que si con el 38.0 % restante es suficiente para
garantizar el buen funcionamiento de la economía y sobre todo si esto es sostenible en el tiempo económicamente hablando. Aquí lo dejo.